Este es Cirilo, el gatito de mi adolescencia. Lo extraño mucho.
A Cirilo le gustaba quedarse dormido sobre mis piernas, pasear por las mañanas y venir a almorzar cuando lo llamaba.
A Cirilo le gustaba quedarse dormido sobre mis piernas, pasear por las mañanas y venir a almorzar cuando lo llamaba.
Era un gatito muy independiente, no le hacía caso a nadie, sólo a mí. Siempre fue muy remolón, y de vez en cuando se enamoraba.
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